viernes, 28 de febrero de 2020

XXXVI Maratón de Sevilla (23/02/2020)

No puedo más que arrancar esta crónica tirando de tópicos y comenzando con que una Maratón es algo más que una carrera. Es un proceso que comienza 14/15 semanas antes con duros entrenamientos que comprometen tu tiempo, tu dedicación a la familia, tus relaciones personales...


Son semanas duras donde el tobogán de emociones es constante con momentos en los que te comes la prueba y otros en los que la prueba te come a ti.

Camino de mi cajón me encuentro varios amigos. Los voy saludando e incluso pongo cara a alguno que en estos días he conocido en RRSS. Uno de mis momentos favoritos: nervios, compañerismo... y a calentar bien.

Salimos y a los 300m primera circunstancia de carrera (necesito mear urgentemente). Intento convencerme de que sólo son nervios y que pasados unos metros pasaría esa necesidad. Al intentar ponerme a ritmo me acelero y me pongo a 4min/km, si bajo que pongo a 4:45min/km. Sensación de agobio, de que puede que no haya elegido adecuadamente el calzado, que no es el día... le pego una patada a todos esos pensamientos negativos. Vamos por el 3Km y veo que el globo que marca las 3 horas lo tengo a unos 30 segundos. Me centro en intentar ponerme los siguientes kilómetros a 1 segundo por debajo del ritmo objetivo para alcanzarlo un poco después del paso por la Media Maratón.

Con ese objetivo en mente todo empieza a rodar, pero en el 6km comienza de nuevo la presión y tengo que hacer parada en boxes. A partir de aquí la estrategia de carrera tiene que cambiar. Voy más de un minuto y medio por detrás del objetivo. Toca centrarse en coger de nuevo el ritmo objetivo de 4:14 e intentar ir viendo cómo van yendo las fuerzas más adelante.
Seguimos avanzando según lo previsto, mi hermano que me va apoyando en carrera no me va marcando tiempos (probablemente porque sabe que vamos por detrás del objetivo o porque se fía bastante de mi cabeza y del control que suelo tener en carrera).

Hasta el paso de la primera Media Maratón voy disfrutando. Me centro en intentar coger un grupo de ritmo, imposible... voy remontando y no consigo acoplarme a nadie (esto a la larga lo acabaré pagando, no se en qué medida, pero lo pagué).

El paso por la Media Maratón me tira hacia arriba, poco antes me había tomado el segundo gel (sin cafeína). Voy 1:18 por detrás del objetivo pero voy recortando tiempo. Aquí me marco un nuevo objetivo mental: que no pase nada hasta el 30km y a partir de ahí las fuerzas dirán.

Un poco más adelante, por la Avenida de Andalucía mis isquios hacen acto de presencia en la carrera ¡aquí estamos! Daniel se ofrece a buscarme un spray antiinflamatorio pero lo rechazo ¡Voy a por mi objetivo, y voy a conseguirlo! Así vamos llegando al 26km.
Le pido a Daniel que el próximo gel me lo de en el 29 para llegar mentalmente fuerte al 30km.

Poco antes del 30km adelanto a mi amigo Vitorino Running. Mezcla entre alegría por verlo y pena por ver que él tampoco iba a llegar al objetivo cumplido... me digo, vamos Antonio, por los dos...

Y a partir de aquí es cuando comienza de verdad la carrera. Me quito los manguitos, empiezo a apretar los dientes, algunos voluntarios comienzan a animarte por tu nombre (GRACIAS A TODOS LO VOLUNTARIOS, no sabéis lo que eso significa y más a esas alturas...) tengo que llegar, y voy a hacerlo...

En el 36km me desconecto mentalmente, veo que estoy aún detrás del objetivo... y no queda terreno para remontarlo (obviamente las fuerzas van ya demasiado justas para el ritmo que necesitaba imponerme). Pero al pasar por el puente de San Bernardo un bombero me grita... "Vamos Antonio, vamos Antonio, ese es el ritmo a por las 3 horas". Gracias a quien fuera... me dio la vida.

Vuelvo a disfrutar, van cayendo los kilómetros. En la Alameda de Hércules incluso llego a meterme unos segundos en el sonido de la banda que tocaba (llegué a girar la cabeza pero no vi su nombre) puro Black Sabbath que es lo mío.

Avenida de la Constitución... Arco del Sevilla F.C... Choque de manos con Ángel (contador de km)... y el cielo en la rotonda del Cid, mi mujer, mis hijas y mi hermano... bfff (se me vuelven a saltar las lágrimas) choco las manos con ellos y se que ya lo tengo, sigo apretando para dejar mi anterior marca en evidencia (3:14:07) aprieto y paro el crono en 3:01:07.¡Le he metido un hachazo de 13 minutos!

La gloria de la medalla al cuello y mi segunda Maratón completada.