Para la mayoría de los maratonianos el camino de preparación suele arrancar 3 meses antes. Esos 3 meses son de sacrificio en los que sacamos tiempo donde no lo tenemos, cuidamos nuestra alimentación y nos obsesionamos con el objetivo.
En esta ocasión mi camino comenzó casi 2 años antes. En 2020 corrí mi segunda maratón (Sevilla) con el objetivo de intentar romper la barrera de las 3 horas (se me escapó por poco con 3:01:07). Cuando recogí aquel dorsal aproveché para inscribirme en la Maratón de Málaga de 2020 y tener una segunda oportunidad para intentar el objetivo durante aquel año.
Lo que pasó entre medias es de sobra conocido, llegada del virus, suspensión de eventos... Todo ello llevó la fecha a 2021.
Durante los meses de confinamiento no perdí la esperanza y gracias a un rodillo y mucho material para entrenar en casa pude mantener el tono y la esperanza hasta que nos volvieran a dejar corretear por las calles.
La preparación la arranqué esta vez en julio. Planteamos una planificación a 5 meses con un grupo de 4 corredores que me han ayudado mucho durante todo este tiempo. No quiero olvidarme de ellos aunque sólo mi hermano Daniel me ha podido acompañar en carrera (y no al ritmo que me hubiese gustado). Tanto Jesús como Manuel no pudieron ir finalmente, pero la consecución del objetivo también es gracias a ellos.
La semana anterior se celebró la Maratón de Valencia (objetivo que espero cumplir a medio plazo). Esa carrera me llenó de incertidumbre debido al fuerte viento que hizo. Las características del trazado de Málaga son aún peores en un día ventoso y el perfil es menos favorable. Los primeros 26km son paralelos al mar y con poca protección de edificios. La segunda parte cambia pero presenta tramos con desniveles en los que es duro mantener el ritmo de carrera.
La mañana amaneció perfecta. Sin viento y soleada. Tras soltar la mochila en el guardarropa no me puse ninguna prenda adicional, me quedé ya con la ropa de carrera, ¡la temperatura era perfecta!
Habíamos hecho todo el trabajo, el día se presentaba genial, ya sólo quedaba luchar contra el crono y los 42195 metros.
Gracias a que es una carrera aún no demasiado masificada (aunque preveo que el crecimiento en los próximos años va a ser espectacular) me coloco en buena posición en salida para salir desde el primer kilómetro al ritmo objetivo de 4:14.
km3: Primeros kilómetros. Primeras reflexiones. Estoy feliz. El solo hecho de haber sido capaz de prepararme y estar en la salida ya constituía un éxito. Voy tomando referencias de compañeros que pueden ir a mi ritmo. La liebre sub 3horas ha tomado unos 15/16 segundos de ventaja y no quiero hacer ningún esfuerzo extra. Quiero llegar al km10 con sensación de poco desgaste tanto físico como en la cabeza.
km9: Tropiezo con un obstáculo del asfalto. El golpe en el pulgar del pie izquierdo ha sido fuerte (más adelante dará la cara). Temo que el upper de las AlphaFly se haya desgarrado pero está intacto.
km10: Nos cruzamos con la élite en sentido contrario. Es irreal el ritmo al que van... Intercambiamos opiniones con otro corredor durante varios metros. También es su primer año en Málaga y está disfrutando como nosotros. El paso por el faro es espectacular (por favor, a las autoridades locales NO, lo derriben).
Update: me corrigen amigos malagueños: por favor, no hagan una torre al lado que reste el encanto a ese rincón.
km12: Vamos pegados a la playa. El Sol se refleja en el mar y por momentos llega a molestar. Echo de menos mis queridas Oakley que tantos kilómetros han realizado conmigo. No me gustar llevarlas en la Maratón porque es como si me fueran a pesar (cosas mías).
km21: Giramos un poco a la derecha después de las dos largas rectas que hemos recorrido en un sentido y otro. Los corredores de la Media Maratón (carrera preciosa que algún día me gustaría hacer) nos abandonan y seguimos los que buscamos los 42km.
Hacemos el paso en 1:29:18. Vamos perfectos. Es el paso más rápido de Media Maratón que he hecho en una carrera de distancia completa. A partir de aquí mi mentalidad siempre es la misma ¡Que no pase nada hasta el km30!
Pero pasó...
km22: Unos metros más adelante están mi mujer y mis hijas. El subidón y la sorpresa es tan grande (me las esperaba más adelante) que sólo acierto a chocarle la mano a Lucía.
La liebre sub3 horas tiene un relevo y el que entra vuelve a pegar un tirón. Vuelta a tirar de experiencia y sangre fría para seguir en ritmo y no volverse loco para correr con ella.
km28: Salimos del Estadio de Atletismo. El paso por la pista siempre motiva, pero es desolador tan vacío. Seguimos concentrados. Mantenemos la estrategia de tomar un gel cada 20 minutos (el primero a la hora, intercalando con y sin cafeína). Además de mantenerte con un nivel de carbohidratos alto permite establecer minimetas de 20 minutos que se van pasando rápido y ayuda a que mentalmente la carrera se haga más llevadera.
km30: Tras un pequeño callejeo se atisba el km30. Alguien de fondo "vamos compañeros, fuerza que este kilómetro es el más feo". Me niego a aceptar esa idea. Todos los kilómetros del primero al último hay que pelearlos y superarlos para ganar la meta.
km36: Hemos superado el puente que cruza la Avenida de Andalucía. Mi hermano no para de decirme que sigamos a ritmo que el objetivo lo tengo en el bolsillo. El muro parece superado y mi obsesión es llegar al km38 para poder afrontar los últimos 4 que son más favorables en disposición de afrontar la marca. Los dos kilómetros siguientes son duros pero hay que seguir manteniendo el ritmo arriba y disfrutar del final. Me quedo solo, se me va a hacer duro pero mentalmente estoy convencido de lograrlo.
km40: Miro el crono. 2:50:00, tengo 10 minutos para entrar en meta... El objetivo está en la mano. Sólo queda disfrutar de los 2 últimos kilómetros y a por ello. Llegamos al centro y hay más gente (a pesar de que animan poco).
km40,5: Vuelvo a cruzarme con mi mujer y mis hijas. En ese momento iba en volandas, la sorpresa es tan grande que tengo que bajar un poco el ritmo porque he sentido un subidón en las pulsaciones. Chocamos manos y vamos a por la calle Larios.
km41,5: Estoy visualizando la meta. Lo tengo en la mano. Me veo con fuerzas para apretar y lo hago, quiero ganarle cada segundo que pueda al crono. De pronto... vuelvo a ver a mi mujer y mis hijas a la derecha. Pego un salto de alegría. Es brutal poder compartir ese momento con ellas. Las paso y vuelvo a apretar hasta meta.
Sonrío, el momento por el que llevaba tanto tiempo luchando está aquí.
Sigo apretando los dientes, está más que conseguido pero no me dejo llevar, a tope hasta el final.
Hasta que se me acerca un belga y me levanta:
Este año ha sido duro, muy duro. He visto sufrir a la persona que más quiero y me ha dado en esta vida. He pasado por incertidumbres que me han hecho replantear muchas cosas. Pero me quedo con los momentos buenos, los muy buenos que también han pasado y este es el culmen de ellos.
Me levanto y unos segundos después entra mi hermano en meta. Me ve los ojos y teme lo peor. Me acerco y me abrazo con todas mis fuerzas: